DIPLOMADO DE AEROMEDICINA Y TRANSPORTE DE CUIDADOS CRÍTICOS V GENERACIÓN
Emergencias Neurológicas
POR: E. en MEEC Dr. Carlos Alberto Cortés Soto.
Febrero, 2019
INTRODUCCIÓN
Las urgencias neurológicas afectan
a millones de personas anualmente. Estas enfermedades pueden ser de difícil
diagnóstico y las demoras en el reconocimiento y el tratamiento suelen tener
resultados devastadores. Por consiguiente es importante que los médicos no
neurólogos puedan reconocer rápidamente estas entidades e iniciar el
tratamiento a tiempo mientras se aguarda la interconsulta neurológica.
ENFERMEDAD
VASCULAR CEREBRAL DE TIPO ISQUÉMICO AGUDO
“El tiempo es esencial, el tiempo es de oro”
El Accidente Cerebro Vascular (ACV)
es la cuarta causa de muerte en los EEUU y una de las causas más comunes de
discapacidad en todo el mundo. Alrededor del 85% de los ACV son isquémicos,
debidos a la disminución del riego sanguíneo cerebral. Los síntomas son
parálisis facial, debilidad o entumecimiento unilateral, afasia, desviación de
la mirada e inestabilidad de la marcha. El tiempo es esencial, ya que todas las
intervenciones son seguras y eficaces solo dentro de un período de ventana
definido.
Diagnóstico y evaluación
Ante la sospecha de ACV isquémico agudo, se deben obtener rápidamente una anamnesis que incluya la hora de inicio y un examen neurológico básico.
Ante la sospecha de ACV isquémico agudo, se deben obtener rápidamente una anamnesis que incluya la hora de inicio y un examen neurológico básico.
La escala de ACV del National
Institutes of Health (NIH) evalúa objetivamente la gravedad del ACV, así como
su evolución y se la debe emplear en todos los pacientes con ACV.
La hora de inicio de los síntomas
es esencial, ya que orienta sobre quiénes pueden recibir los tratamientos de
urgencia. El médico debe verificar cuándo fue la última vez que se observó al
paciente neurológicamente bien, a fin de estimar esta ventana temporal los más
estrechamente posible.
Los análisis deben incluir
la glucemia (mediante tira reactiva), estudios de coagulación, hemograma
completo y el perfil metabólico básico.
La tomografía computarizada
(TC) de cráneo sin contraste se debe obtener inmediatamente para excluir
hemorragia aguda y cualquier otro diagnóstico que pueda explicar los síntomas
del paciente. La isquemia cerebral aguda a menudo no se ve en la TC durante las
primeras horas de la lesión. Por lo tanto, el paciente que llega a la consulta
con deficiencias neurológicas focales nuevas y una TC craneal normal se debe
tratar como si sufriera un ACV isquémico agudo.
Los falsos ACV se deben tener en
cuenta y tratar según corresponda. Las causas más comunes son: convulsión con
parálisis de Todd o sin ella (debilidad focal posconvulsión), migraña
complicada, parálisis de Bell, hipoglucemia, infección sistémica, sobredosis de
medicamentos o drogas.
Tratamiento de urgencia del ACV isquémico
Cuanto más tiempo transcurra antes del tratamiento, peor será el resultado funcional, lo que indica la necesidad de tomar decisiones rápidas.
Cuanto más tiempo transcurra antes del tratamiento, peor será el resultado funcional, lo que indica la necesidad de tomar decisiones rápidas.
Subir la cabecera de la cama
puede ser útil al favorecer el flujo sanguíneo cerebral. No se debe efectuar en
pacientes con hipertensión endocraneal que puedan sufrir una hernia cerebral.
Permitir la hipertensión para proporcionar perfusión adecuada a zonas del cerebro en riesgo. (Tratamiento antihipertensivo solo para presión arterial >220/110 mm Hg).
Permitir la hipertensión para proporcionar perfusión adecuada a zonas del cerebro en riesgo. (Tratamiento antihipertensivo solo para presión arterial >220/110 mm Hg).
El Activador del plasminógeno tisular. En los pacientes con ACV
isquémico que llegan a la consulta dentro de las 3 horas del inicio de los
síntomas se debe considerar la administración intravenosa de activador del
plasminógeno tisular (APt). El médico debe sopesar cuidadosamente los riesgos y
los beneficios de este tratamiento.
Para recibir APt el paciente debe
tener todos los siguientes:
• Diagnóstico
clínico de ACV isquémico con deficiencia neurológica medible
• Inicio de los síntomas dentro de las 3 últimas horas • 18 o más años. El paciente no debe sufrir ninguno de los siguientes: • ACV significativo dentro de los 3 últimos meses • Traumatismo de cráneo grave dentro de los 3 últimos meses • Antecedentes de hemorragia cerebral significativa • Ruptura previa de malformación arteriovenosa o aneurisma intracraneal • Neoplasia del sistema nervioso central • Punción arterial en un lugar no comprimible dentro del os últimos 7 días • Evidencia de hemorragia en la TC de cráneo • Evidencia de isquemia en más del 33% del hemisferio cerebral en la TC de cráneo • Antecedentes y síntomas que sugieran hemorragia subaracnoidea • Hipertensión persistente (presión sistólica ≥ 185 mm Hg o presión diastólica ≥ 110 mm Hg) • Evidencia de hemorragia aguda significativa (externa o interna) • Hipoglucemia (<50 mg/dl o < 2,8 mmol/l) • Trombocitopenia (< 100 × 109/l) • Coagulopatía significativa (razón internacional normalizada ratio > 1,7, tiempo de protrombina > 15 segundos, o tiempo parcial de tromboplastina activada aumentado) • Empleo actual de un inhibidor del factor Xa o un inhibidor directo de la trombina. Contraindicaciones relativas: • Síntomas menores o que se resuelven rápidamente • Cirugía mayor o traumatismo dentro de los últimos 14 días • Hemorragia gastrointestinal o urinaria dentro de los últimos 21 días • Infarto de miocardio en los últimos 3 meses • Aneurisma intracraneal sin ruptura • Convulsión al inicio del ACV • Embarazo. |
Si estos criterios se cumplen, el
APt se debe administrar en dosis de 9 mg/kg por vía intravenosa. El 10% de la
dosis se darácomo un bolo inicial, seguido por una infusión constante del 90%
restante durante una hora. La presión arterial se debe mantener por debajo de
185/110 mm Hg para reducir al mínimo el riesgo de hemorragia cerebral
sintomática.
Tratamiento intrarterial. Según estudios recientes,
algunos pacientes se pueden beneficiar con la trombolisis intrarterial o la
trombectomía mecánica, ambas efectuadas durante la arteriografía cerebral por
catéter, independientemente de la administración de APt. El periodo de ventana
para estos tratamientos generalmente se extiende a 6 horas desde el inicio del
ACV.
Un antiplaquetario se debe
comenzar rápidamente en todos los pacientes con ACV que no reciben APt. Los que
reciben Apt pueden comenzar con un antiplaquetario 24 horas después.
Descenso de la glucemia
(entre 140–180 mg/dl) y de la fiebre son esenciales para proporcionar más
protección al cerebro dañado.
Para el ACV isquémico debido a
fibrilación auricular.
Se debe considerar la anticoagulación precoz, basada sobre la puntuación CHA2DS2-VASC para el riesgo de ACV isquémico vs el riesgo de hemorragia según la puntuación HAS-BLED. En general, para la anticoagulación se puede esperar hasta después de las primeras 72 horas, mientras se efectúan los estudios diagnósticos y se evalúa la gravedad de la lesión, ya que el riesgo de transformación hemorrágica del ACV isquémico está aumentado.
Se debe considerar la anticoagulación precoz, basada sobre la puntuación CHA2DS2-VASC para el riesgo de ACV isquémico vs el riesgo de hemorragia según la puntuación HAS-BLED. En general, para la anticoagulación se puede esperar hasta después de las primeras 72 horas, mientras se efectúan los estudios diagnósticos y se evalúa la gravedad de la lesión, ya que el riesgo de transformación hemorrágica del ACV isquémico está aumentado.
ACV
HEMORRÁGICO
Aproximadamente el 15% de los ACV
son causados por hemorragia cerebral, que se puede detectar con TC del cráneo
sin contraste con sensibilidad del 98,6% dentro de las 6 horas del inicio de la
hemorragia. Una causa común de la hemorragia cerebral es la hipertensión
crónica, que causa ruptura de los vasos dañados con extravasación de sangre al
parénquima cerebral. Otras causas son menos frecuentes.
Tratamiento del ACV hemorrágico
agudo
El tratamiento de urgencia
comprende el descenso de la presión arterial, la reversión de la coagulopatía o
la anticoagulación subyacentes y a veces el descenso de la presión endocraneal.
Descenso de la presión arterial.
Datos recientes sugieren que el tratamiento intensivo para lograr una presión
arterial < 140 mm Hg dentro de la primera hora es seguro y puede lograr
mejores resultados funcionales que un objetivo tensional conservador. Con
frecuencia se emplean antihipertensivos de inicio rápido y de acción corta por
vía intravenosa, como la nicardipina y el labetalol.
El tratamiento de cualquier
alteración de la coagulación se debe efectuar con rapidez en la hemorragia
endocraneal. El empleo de la warfarina es un fuerte factor pronóstico
independiente de extensión de la hemorragia endocraneal, que aumenta el riesgo
de muerte.
Otros fármacos distintos a la
vitamina K o el plasma fresco congelado se emplean cada vez más para revertir
rápidamente la anticoagulación, entre ellos el concentrado de complejo de
protrombina y el factor VIIa recombinante.
Reversión de la anticoagulación
debida a anticoagulantes orales de acción directa. El tratamiento de urgencia
de la hemorragia endocraneal en pacientes medicados con los nuevos
anticoagulantes orales de acción directa (dabigatran, apixaban, rivaroxaban,
edoxaban) sigue siendo problemático. Los análisis como la concentración de
factor Xa no se efectúan en muchas instituciones, los resultados no son rápidos
y mientras tanto se puede producir una hemorragia aguda y deterioro clínico.
Las estrategias terapéuticas son
la administración de plasma fresco congelado, concentrado de complejo de
protrombina y considerar la hemodiálisis.
Vigilancia de la hipertensión endocraneal. La hemorragia ocasionalmente puede causar aumento de la presión endocraneal, que se debe tratar rápidamente. Toda disminución del estado mental en un paciente con hemorragia endocraneal exige estudios por imágenes urgentes para evaluar la extensión de la misma.
Vigilancia de la hipertensión endocraneal. La hemorragia ocasionalmente puede causar aumento de la presión endocraneal, que se debe tratar rápidamente. Toda disminución del estado mental en un paciente con hemorragia endocraneal exige estudios por imágenes urgentes para evaluar la extensión de la misma.
HEMORRAGIA SUBARACNOIDEA
El inicio repentino de una
cefalea “en trueno”(a menudo descrita por los pacientes como el peor dolor de
cabeza de su vida) sugiere una hemorragia subaracnoidea.
La sangre se acumula sobre todo
en los espacios alrededor del cerebro que contienen líquido cefalorraquídeo
(LCR) y generan hidrocefalia debido a la dificultad de drenaje del mismo. La
hemorragia subaracnoidea no traumática en general se debe a la ruptura de un
aneurisma endocraneal y puede ser devastadora, con tasas de muerte cercanas al
50%.
Diagnóstico de la hemorragia
subaracnoidea
La TC craneal sin
contraste es la principal modalidad diagnóstica para la hemorragia
subaracnoidea. Se puede demostrar sangre en el espacio subaracnoideo en el 92%
de los casos si la TC se efectúa dentro de las primeras 24 horas de la
hemorragia. A mayor demora la sensibilidad será menor.
Punción lumbar. Si persiste una fuerte sospecha
de hemorragia subaracnoidea a pesar de la TC inicial negativa, se debe efectuar
una punción lumbar. La xantocromia del LCR es un signo de alarma para
hemorragia subaracnoidea y puede estar presente hasta 4 semanas después de la
hemorragia.
Si la punción lumbar está
contraindicada no se puede descartar la hemorragia subaracnoidea y se debe
efectuar una interconsulta neurológica.
Tratamiento de la hemorragia
subaracnoidea
El tratamiento temprano de la
presión arterial para la ruptura de un aneurisma endocraneal es similar al de
la hemorragia endocraneal. La investigación se debe dirigir rápidamente hacia
una malformación vascular, con estudios por imágenes de los vasos
endocraneales, como la arteriografía por TC, la arteriografía por resonancia
magnética, la arteriografía cerebral por catéter, que es la prueba de
referencia.
Los aneurismas se tratan con
clipage quirúrgico o con espirales endovasculares. Si la institución carece de
recursos para efectuar estos procedimientos se debe derivar al paciente a un
centro de atención terciaria.
HIPERTENSIÓN
ENDOCRANEAL
Peligro
de Hernia Craneal
El peligro de hernia cerebral
exige que los tratamientos se efectúen rápidamente para prevenir una lesión
neurológica catastrófica. En muchas situaciones, los primeros médicos
consultados no son neurólogos y por lo tanto deben conocer el tratamiento
básico de la hipertensión endocraneal.
Síntomas iniciales de aumento
agudo de la presión endocraneal
A medida que la presión endocraneal aumenta, la presión se distribuye por igual a través de toda la bóveda craneal, provocando la disfunción del sistema de activación reticular ascendente, que se manifiesta como incapacidad para mantenerse despierto a pesar de diversos grados de estímulos molestos. A menudo se observan neuropatías craneales progresivas (que suelen comenzar con anomalías pupilares) y coma a medida que el tronco encefálico comienza a sufrir compresión.
A medida que la presión endocraneal aumenta, la presión se distribuye por igual a través de toda la bóveda craneal, provocando la disfunción del sistema de activación reticular ascendente, que se manifiesta como incapacidad para mantenerse despierto a pesar de diversos grados de estímulos molestos. A menudo se observan neuropatías craneales progresivas (que suelen comenzar con anomalías pupilares) y coma a medida que el tronco encefálico comienza a sufrir compresión.
Evaluación y tratamiento inicial
de la hipertensión endocraneal
La TC sin contraste del cráneo a menudo se obtiene inmediatamente ante la sospecha de hipertensión endocraneal aguda a fin de poder comenzar el tratamiento.
La TC sin contraste del cráneo a menudo se obtiene inmediatamente ante la sospecha de hipertensión endocraneal aguda a fin de poder comenzar el tratamiento.
Elevar la cabecera de la cama a
30 grados para favorecer el drenaje venoso y disminuir la presión endocraneal.
Intubación: se debe efectuar rápidamente en casos de compromiso de las vías respiratorias y se debe comenzar la hiperventilación para lograr una Paco2 de 30- 35 mm Hg. Esta estrategia de hipocapnia favorece la vasoconstricción cerebral y la disminución transitoria de la presión endocraneal.
Intubación: se debe efectuar rápidamente en casos de compromiso de las vías respiratorias y se debe comenzar la hiperventilación para lograr una Paco2 de 30- 35 mm Hg. Esta estrategia de hipocapnia favorece la vasoconstricción cerebral y la disminución transitoria de la presión endocraneal.
Tratamiento hiperosmolar permite la descompresión
endocraneal transitoria y es el pilar del tratamiento de urgencia de la
hipertensión endocraneal. El manitol promueve la diuresis osmótica y elimina el
exceso de agua cerebral. En la urgencia se puede administrar como un bolo
intravenoso de 1 - 2 g/kg, seguido de un bolo cada 4 a 6 horas. Se puede
producir hipotensión tras la diuresis y se debe controlar estrechamente la
función renal, ya que el empleo frecuente de manitol puede favorecer la
necrosis tubular aguda. En los pacientes anúricos no se emplea el manitol.
Solución salina hipertónica (cloruro de sodio al 3%) es una
alternativa que ayuda al pasaje del líquido intersticial al espacio
intravascular, disminuyendo el edema cerebral y manteniendo la estabilidad
hemodinámica. Se puede administrar como bolo o como infusión continua. Son contraindicaciones
relativas la insuficiencia cardíaca congestiva o la insuficiencia renal que
generan edema pulmonar por sobrecarga de volumen.
Los pacientes comatosos con
hallazgos radiográficos de hidrocefalia, hematoma epidural o subdural o efecto
masa con desplazamiento de la línea media necesitan una interconsulta
neuroquirúrgica inmediata.
Midriasis
La midriasis es un signo preocupante de hipertensión endocraneal. Se debe recordar, sin embargo, que muchos otros procesos pueden causar midriasis (véase cuadro). Si los estudios por imágenes no sugieren hipertensión endocraneal, se debe investigar la presencia de estos otros procesos.
La midriasis es un signo preocupante de hipertensión endocraneal. Se debe recordar, sin embargo, que muchos otros procesos pueden causar midriasis (véase cuadro). Si los estudios por imágenes no sugieren hipertensión endocraneal, se debe investigar la presencia de estos otros procesos.
Unilateral
Traumatismo Neuritis óptica Pupila tónica (pupila de Adie) Glaucoma agudo de ángulo cerrado Contaminación local con drogas como albuterol, estimulantes (cocaína, anfetaminas), anticolinérgicos (escopolamina, atropina, hicosamina) Compresión del par craneal III Hernia tentorial Aneurisma de la arteria comunicante posterior
Bilateral
Enfermedad sistémica (botulismo, síndrome paraneoplásico, variante de Miller Fisher de la polineuropatía desmielinizante inflamatoria aguda Drogas o fármacos sistémicos (inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina, inhibidores de la recaptación de serotonina-norepinefrina, estimulantes (cocaína, anfetaminas) Lesion mesencefálica
Transitoria
Midriasis episódica unilateral Convulsiones Migraña |
STATUS
EPILÉPTICO
“La supresión delas convulsiones es
importante”
La convulsión que dura más de 5
minutos o la actividad convulsiva recurrente en un paciente que no recupera la
conciencia entre las convulsiones se debe tratar como estado de mal epiléptico.
Todos los tipos de convulsiones pueden progresar al estado epiléptico y la
respuesta al tratamiento se relaciona inversamente con la duración de las
convulsiones. Las convulsiones se deben tratar precoz e intensivamente para
prevenir la actividad convulsiva resistente al tratamiento, el daño neuronal y
la progresión al estado epiléptico.
Una vez estabilizado el paciente
(vía aérea, respiración, circulación), se debe iniciar inmediatamente la
medicación antiepiléptica con algoritmos establecidos. Durante el curso del
tratamiento puede ser necesario el videomonitoreo encefalográfico continuo, a
fin de orientar el tratamiento en los pacientes que no se recuperan con rapidez
,ya que el examen neurológico no es fiable debido a los efectos de los
medicamentos o al estado epiléptico continuo.
Una vez resuelto el estado
epiléptico, se debe continuar la investigación de la causa subyacente,
especialmente en pacientes sin diagnóstico previo de epilepsia. La TC o la
resonancia magnética craneal se pueden emplear para buscar anomalías
estructurales. Los estudios complementarios básicos, entre ellos la pesquisa
toxicológica, pueden identificar un desencadenante como la hipoglucemia o el
uso de estimulantes. Se deben investigar la fiebre u otros signos de meningitis
mediante el análisis del LCR.
LESIÓN DE
LA MÉDULA ESPINAL
Se debe sospechar lesión aguda de
la médula espinal en todo paciente que llega a la consulta con deficiencias
motoras focales, deficiencias sensitivas o ambas, sin alteración de los pares
craneales ni del estado mental. Las causas pueden ser compresión (traumática o
no traumática) y mielopatías inflamatorias y no inflamatorias.
El análisis de los síntomas
señala la ubicación de la lesión e indica si está afectada la médula anterior o
posterior. La lesión de la médula anterior afecta las vías descendentes
corticomedular y piramidal y produce deficiencias motoras y debilidad. La
lesión de la médula espinal posterior afecta las columnas dorsales y altera la
sensación de vibración y la propiocepción.
Las lesiones altas de la médula
cervical tienden a causar grados variables de cuadriparesia, pérdida de la
sensibilidad y a veces compromiso respiratorio. Los antecedentes de debilidad bilateral
de las extremidades inferiores, un problema sensitivo como una banda alrededor
de la parte inferior del tórax o en el abdomen o ambos, sugieren compromiso de
la médula torácica. Los síntomas aislados de una o ambas extremidades
inferiores junto con lumbalgia y afectación vesical o intestinal indican lesión
de la médula lumbosacra.
El tratamiento básico de una lesión de la médula espinal es la descompresión vesical y la protección inicial contra una nueva lesión mediante un cuello ortopédico collar u otra inmovilización.
El tratamiento básico de una lesión de la médula espinal es la descompresión vesical y la protección inicial contra una nueva lesión mediante un cuello ortopédico collar u otra inmovilización.
La resonancia magnética con
contraste y sin él es el estudio ideal para evaluar las lesiones de la médula
espinal. La TC no es útil en estos casos.
Mielopatía traumática
La lesión traumática de la médula
espinal se diagnostica por la anamnesis y se confirma con una TC. Es necesaria
la consulta temprana con un neurocirujano para prevenir una lesión medular
permanente.
Las recomendaciones sugieren mantener una media tensional mayor de 85 - 90 mm Hg durante los primeros 7 días, lo que puede ser problemático cuando hay inestabilidad hemodinámica, como sucede con las lesiones a nivel medio del tórax.
Las recomendaciones sugieren mantener una media tensional mayor de 85 - 90 mm Hg durante los primeros 7 días, lo que puede ser problemático cuando hay inestabilidad hemodinámica, como sucede con las lesiones a nivel medio del tórax.
Los pacientes con desalineación
de los cuerpos vertebrales deben ser colocados en un dispositivo estabilizador
adecuado hasta que el especialista lo considere necesario o hasta que se
efectúe la estabilización quirúrgica.
El empleo de metilprednisona es
discutible y los metanálisis no muestran un claro beneficio de esta
intervención.
Mielopatía compresiva no
traumática
Los pacientes con mielopatía
compresiva no traumática tienden a llegar a la consulta con diversos grados de
dolor de espalda y empeoramiento de la función sensitivomotora. El diagnóstico
incluye abscesos epidurales, hematoma, neoplasia metastásica y compresión por
osteofitos.
El absceso epidural puede tener
resultados devastadores si no se lo diagnostica. Se lo debe sospechar ante
signos de alarma como enfermedad reciente, consumo de drogas intravenosas,
dolor de espalda focal, fiebre, entumecimiento o debilidad en aumento e incontinencia
vesical o intestinal. Es necesaria la resonancia magnética urgente para el
diagnóstico. El tratamiento comprende la administración urgente de antibióticos
y la consideración del drenaje quirúrgico.
Mielopatías no compresivas
La etiología de lesión no
compresiva de la médula espinal puede ser inflamatoria o no inflamatoria. Para
el diagnóstico pueden ser necesarios tanto la resonancia magnética como el
análisis del LCR.
ENFERMEDAD
NEUROMUSCULAR
¿Es
necesaria la respiración asistida?
Las enfermedades que afectan los
componentes motores del sistema nervioso periférico pueden causar insuficiencia
respiratoria debida a debilidad del diafragma, los músculos intercostales y los
músculos de las vías aéreas superiores. Es necesario que los médicos conozcan
este riesgo y consideren esos trastornos como urgencias neurológicas.
Es difícil determinar cuándo
estos pacientes necesitan respiración asistida. Las mediciones seriadas de la
fuerza inspiratoria máxima y de la capacidad vital son importantes y un
terapeuta respiratorio las puede efectuar rápidamente a la cabecera del
paciente.
La fuerza inspiratoria máxima
menor de –30 cm H2O o la capacidad vital menor de 20 ml/kg, o ambas, son
marcadores que indican insuficiencia respiratoria inminente. Los cambios de
estos valores, detectados por mediciones seriadas, podrían indicar la necesidad
de intubación programada. En todo paciente que consulta con debilidad de los
miembros estas mediciones son un paso importante de la evaluación inicial.
Crisis miasténicas
La miastenia grave es causada por
autoanticuerpos contra los receptores posinápticos de acetilcolina. Los
pacientes sufren debilidad muscular, en general con un patrón proximal, con
cansancio, disnea, habla nasal, oftalmoparesia y disfagia.
La crisis miasténica ,
infrecuente, es una emergencia potencialmente mortal caracterizada por
insuficiencia bulbar o respiratoria secundaria a la debilidad muscular. Se
puede producir en pacientes ya diagnosticados con miastenia gravis o puede ser
la manifestación inicial de la enfermedad. Con frecuencia son necesarias la
intubación y la respiración asistida.
El diagnóstico de miastenia
gravis se puede hacer por las pruebas de autoanticuerpos, la electromiografía y
los estudios de conducción nerviosa o la administración de edrofonio en
pacientes con ptosis obvia.
El pilar del tratamiento para la
crisis miasténica es la inmunoglobulina intravenosa 2 g/kg durante 2 - 5 días o
la plasmaféresis (5–7 sesiones durante 7-14 días). Los corticoides no se
recomiendan en la crisis miasténica en pacientes no intubados, ya que pueden
potenciar el empeoramiento inicial de la crisis. Una vez que el paciente
comienza a mejorar se pueden reanudar la piridostigmina y los medicamentos
inmunosupresores a dosis baja y ajustada según tolerancia.
Polineuropatía desmielinizante
inflamatoria aguda (síndrome de Guillain-Barré)
La polineuropatía desmielinizante inflamatoria aguda es una enfermedad autoinmune con anticuerpos contra los axones o la mielina del sistema nervioso periférico.
La polineuropatía desmielinizante inflamatoria aguda es una enfermedad autoinmune con anticuerpos contra los axones o la mielina del sistema nervioso periférico.
Se debe sospechar esta enfermedad
en el paciente que sufre debilidad muscular creciente (habitualmente con
arreflexia) durante días a semanas. Ocasionalmente, se puede identificar una
diarrea u otra infección sistémica reciente. También es posible observar
inestabilidad de la presión arterial y arritmia cardíaca debido a afectación
del sistema nervioso neurovegetativo. Aunque clásicamente se la describe como
una “parálisis ascendente,” puede haber otras variantes de la enfermedad, como
el síndrome de Miller Fisher (parálisis descendente, ataxia, arreflexia,
oftalmoparesia).
El síndrome de Guillain Barré se
diagnostica por electromiografía y estudios de conducción nerviosa. En el LCR
es típico el aumento de las proteínas y de los leucocitos.
El tratamiento, como en la crisis
miasténica, es la inmunoglobulina intravenosa o la plasmaféresis. Es esencial
anticipar la insuficiencia respiratoria con intubación expectante, dada la
naturaleza progresiva de la enfermedad.
BIBLIOGRAFÍA
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